jueves, 3 de enero de 2008


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Cuantas veces hemos dicho que de una vez por todas ibamos a arreglar esa puerta que se atasca, ese cuadro torcido, esa bisagra rebelde que cruje cada vez que abrimos la puerta del armario de la cocina, etc, etc, etc... pero cuando vamos a lo que se supone que es nuestra caja de herramientas, encontramos dos destornilladores de los chinos completamente desmochados, un martillo de origen desconocido, dos pliegos de lija, los juegos de llaves de la bicicleta que tuvimos a los dieciocho años y un cincel comprado en el todo a cien un día que tuviste que abrir un agujero en la pared para sacar el tubo del extractor. Entonces te preguntas, Dios mio ¿por qué a mí?.
Si no sabes distinguir un cepillo de carpintero de uno de la ropa y crees que la silicona es lo que se ponen las estrellas de Hollywood en las tetas. Que lo más parecido a un tornillo que has visto es el sacacorchos con que abres las botellas de vino y la única brocha que has visto en tu vida es la que usas para afeitarte, este es tu blog. Aquí te enseñaremos las virtudes de una serie de técnicas y productos que harán de tí a un profesional del bricolaje aunque no sepas distinguir un tornillo rosca chapa de un nivel de burbuja y lo más cerca que has estado de un taladro fué el día que fuiste al dentista a que te empastara una muela.
A partir de hoy ya nada del bricolaje se te resistirá. Sus y a ellos.

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